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Piedrín

Piedrín considers contemporary artistic practices in, from, and around Guatemala. A collection of small pieces, Piedrín gestures toward building something, in conversation. /// Piedrín considera las prácticas artisticas contemporáneas en, desde, y alrededor de Guatemala. Una colección de pedacitos, Piedrín es un gesto para construir algo, en conversación. /// Piedrín is a project published by Laura August with generous support from the Creative Capital | Andy Warhol Foundation Arts Writers Grant Program.

Querido Andy

Querido Andy,

Gracias por venir a Guatemala. Estas semanas viviendo y trabajando juntos reafirmaron las razones por las que te quiero, por las que he atesorado nuestra amistad durante estos diez años, y las razones por las que tu trabajo es tan elegante e importante, tan lleno de dinamismo e incomodidad. Agradezco la confianza que nos das, a mí y a mi trabajo, por venir a este lugar del que te hablé, a este lugar donde quiero estar, y en donde los cuestionamientos son tan diferentes a los tuyos.

Trato de buscar las palabras para explicar por qué este tiempo compartido también cambió para mí las cosas, me hizo verlas de diferente manera, cuestionar lo que sé y cómo llegué a saberlo. Imagino que te pasa lo mismo. Es lo que hace la intimidad real, ¿no crees?

Durante tu visita me impresionó la manera en que te persigue cierta temporalidad, llamémosla prisa, perdón por decirlo, lo digo sin empacho, solo sintiendo la forma en la que nos movimos. Me pregunto si tú lo sentiste así. Yo lo siento en la paciencia con que trato de aprender como si caminara por la Sexta en esas tardes tan llenas de gente. Lo sentí mientras buscábamos, por días, un proveedor de celulares que te pudiera ayudar con tu teléfono. Lo sentí cuando pensábamos en lo que el futuro significaba para ambos, para cada uno; en mi imposibilidad de ver muy lejos en ese futuro y en la manera en que busco mi respiración y trabajo en sosiego. Cuando Lily llegó, recuerdo que le preguntaste en el taxi si había logrado aplicar al  empleo. Para mí fue chocante, todo mi sistema reaccionó visceralmente a la pregunta. ¿Cómo vamos más allá del regreso a casa, de la cena, o del día siguiente?, ¿todavía aplicamos a empleos?, ¿es una señal de optimismo o es iluso hacerlo? No se me había ocurrido que todavía hiciéramos esas cosas. Entonces, me cuestioné sobre la palabra nosotros; hay cierta pretensión en compartir el espacio y el tiempo. 

Más bien lo que quiero contigo es reflexionar sobre las implicaciones de este ritmo en nuestras maneras de trabajar, en nuestras formas de estar en el mundo, nuestras políticas, nuestra relación con la academia y las instituciones. ¿Qué permite la rapidez?, ¿cómo la mirada al futuro o el negarse a mirarlo construye maneras particulares de ser?, cómo escritores, ¿qué nos permiten esas formas de ser? (no me abandona la ironía, mi disertación, el texto más largo y cadencioso que he escrito, se titula Looking Forward). ¿Qué pasa si sólo nos fijamos en el aquí, en el ahora, en este instante? No lo digo como una reticencia a comprometerme con las fuerzas superiores a mi alrededor, digo que tenemos mucho trabajo por hacer y tal vez la única forma de empezar sea aclarando, con una limpia, con un volver al momento exacto en el que estamos parados, detenerlo, mirarlo desde todos los ángulos, observarlo de verdad, preguntarnos al respecto, mejorarlo. Respirarlo.

Hablé con Rit Premnath esta semana en Houston. Como muchos de mis amigos que viven en Nueva York, está viendo la manera de relacionarse con formas de pensamiento diferentes a las que le rodean. Es fácil de admitirlo para alguien que trabaja en un lugar privilegiado: una escuela internacional de arte en Nueva York, bastante cara además. Me dice que está tratando de bajar la velocidad, y le pregunto qué significa eso. Menos redes sociales, me dice. Pero qué más, insisto. ¿Cómo ralentizar es una manifestación física?, ¿cómo nos movemos más rápido o lentamente?, ¿cómo incide el cambio de ritmo de nuestros cuerpos sobre nuestro espacio mental?  Hablamos de cómo incluso el reducir la velocidad ha sido utilizado en los Estados Unidos como estrategia para incrementar la productividad, a través del descanso.

No creo haber leído una novela completa en todo el 2016. Es el primer año que me pasa desde que aprendí a leer. Fue un año turbulento y de pérdidas para mí, por lo que creo que mi decisión de no leer viene de allí. La verdad es que leer formatos largos es un gesto que requiere tiempo, cierta regularidad y dedicación. Mis escritos de 2017, como sabes, son una colección de pequeñas piedras. Tú estás escribiendo un libro. ¿Todavía estás leyendo? Dime, cómo encuentras el espacio para hacerlo. Ya no me puedo concentrar, ya no sé para donde mirar. Escribo en pequeños fragmentos, con la esperanza de que se conviertan en algo.

Espero siempre poder recordar, en detalle, nuestro viaje al lago de Atitlán.  La visita al taller de Feliciano Pop, el cuartito donde vive, rodeado de sus piedras esculpidas, su canto conmovedor, sus hermosas historias, como si lo hubiera ensayado. Había esculpido una piedra del presidente Obama, que puso al lado de una de Osama Bin Laden, cerca de la copa del mundial de fútbol. Era un caleidoscopio de historias de todos lados, personales. “Hoy existe el mundo” decía, una y otra vez. Hoy, el mundo existe. Hoy, ahora, por ahora, cuando estamos juntos, el mundo existe.

Gracias por confiar en mí para venir a Guatemala. Gracias por el tiempo y la paciencia. Gracias por lo compartido, pero sobre todo, por la confianza.

L.


Andy Campbell, PhD estuvo en residencia en el programa Yvonne entre diciembre y enero de 2016-2017. Para más información sobre su trabajo, visita andycampy.com y sobre Yvonne, visita yvonne.soy.